domingo, 14 de marzo de 2010

Me ha llamado la atención lo que publica el diario IDEAL del día 14.03.10, firmado por ARATZA PRÁDANOS, bajo el título: La que te espera ahí fuera, hijo mío Supervivencia y maternidad. Quizá los dos instintos más inapelables entre los seres vivos. Combinados alumbran estrategias asombrosas. Las canarias -aves- se comunican con sus crías antes incluso de nacer éstas. La madre imprime en los huevos mensajes hormonales para informar a los embriones de las condiciones de vida que encontrarán al romper el cascarón, y del esfuerzo que los padres están dispuestos a hacer en la crianza. Avisados de antemano, los pollos piden más o menos alimento según las noticias recibidas. Que hay alpiste abundante y progenitores entregados, barra libre pa'l buche. Que no, a hacer dieta y a no malgastar energía aleteando para nada. Lo documenta en el último número de la revista 'Science' un equipo de zoólogos de la Universidad de Cambridge. También en la gestación humana hay constancia de la comunicación hormonal madre-feto, y de la percepción de estímulos externos por parte del no nato. Pero no parece que alcancemos el nivel de los canarios. Mejor. De lo contrario, habría que ir preparando a los hijos durante el embarazo para lo que se les viene encima. 'Que sepas, cariño, que lo de la guardería va a estar complicado. Te cuidarán los abuelos. En el instituto te cambiarán los planes de estudio un año sí y otro también. La universidad, ya veremos. Casi mejor instalador de placas solares, aunque eso tampoco te va a asegurar el empleo. Y ya verás qué risa lo de las hipotecas. Firmado, tu madre'. Alguno decidiría no nacer. La Naturaleza es sabia.