miércoles, 23 de febrero de 2011

SESIÓN PARLAMENTARIA 23 FEBRERO 2001

Hoy mientras trabajaba con el ordenador, he conectado y he seguido parte de la sesión parlamentaria que se ha celebrado en la Cámara Baja o Congreso de los Diputados. No lo he seguido en su totalidad, solo los 40 últimos minutos donde solo he podido ver al Ministro de Industria y al Diputado por el PP Sr. Montoro. Por tanto no puedo opinar sobre este debate. Pero sí me ha llamado la atención: PRIMERO. No había más de 50 diputados (al menos lo que he podido ver por lo que ofrecían las cámaras de la TV). SEGUNDO. Por faltar, faltaba más de un 60 ó 70 por ciento de la presidencia. NO más. TERCERO. Y esto es lo más importante. No ha habido apenas aplausos. Pocos. Y todavía son muchos. Y a esto es a lo que me quiero referir a los APLAUSOS. ¿Nos hemos parado a pensar alguna vez la cantidad de horas (sí horas, digo bien), que dedican nuestros políticos en aplaudir? Y digo yo también, ¿tan importante es aplaudir? ¿Para eso les pagamos? Yo para aplaudir creo que es mejor asistir a una zarzuela, una obra de teatro o a una sesión de flamenco y nos ahorramos pagar horas de aplaausos de los políticos en el parlamento. Bueno, que no es el parlamento, que son 17 parlamentos y en todos aplauden. Sumen horas. No se si algún periodista se le ha ocurrido seguir un pleno más o menos importante, y medir los minutos de aplausos. Sería curiosa esta estadística, aunque también resultaría indignante que, como he dicho antes les paguemos a los políticos para que vayan a aplaudir. De paseo por la red, solo es necesario poner en google "aplausos en el parlamento" para encontrar muchas referencias a esta absurda costumbre. Lo primero que he encontrado ha sido un blog sobre "el aplauso, aplaudidor profesional". Esta foto lo dice todo: ¿Por qué aplauden? ¿Para eso se les paga?

lunes, 21 de febrero de 2011

LA CUARTA VELA

A raíz de los mensajes que estoy recibiendo de apoyo, ánimo y agradecimiento, en relación con lo que, ya va a pasar a ser historia de mi paso por el Ayuntamiento como Concejal, y como no he podido contestar a todas las personas y de FACEBOOK tampoco soy demasiado seguidor, se me ocurre la siguiente historieta que leí hace tiempo: CUATRO VELAS ardían al mismo tiempo. El ambiente era tan silencioso que se podía oir el diálogo entre ellas.

La primera dice:
YO SOY LA PAZ, Y A PESAR DE MI LUZ, LAS PERSONAS NO CONSIGUEN MANTENERME ENCENDIDA. Y se apagó lentamente.
La segunda dice: YO ME LLAMO FÉ. INFELIZMENTE SOY SUPERFLUA PARA LAS PERSONAS. ELLAS NO QUIEREN SABER DE DIOS. POR ESO NO TIENE SENTIDO CONTINUAR ARDIENDO. Y llegó un suave soplo de viento y la fue apagando lentamente.
Muy tristemente la tercela vela, manifestó: YO SOY EL AMOR. NO TENGO MÁS FUERZAS PARA ARDER. LAS PERSONAS ME DEJAN DE LADO PORQUE SOLO CONSIGUEN MIRARSE ELLAS MISMAS. Y SE OLVIDAN HASTA DE AQUELLOS QUE ESTÁN A SU ALREDEDOR. Y también se apagó. De repente llegó un niño y vió las tres velas apagadas. ¿Qué es esto? Ustedes deben quedar encendidas y arder hasta el fin.
Entonces la cuarta vela habló: NO TENGAS MIEDO HIJO, MIENTRAS YO ESTÉ ENCENDIDA PODREMOS ENCENDER DE NUEVO LAS OTRAS VELAS.
Ahora reflexiona: Cuando apagamos las velas de la PAZ, de la y del AMOR, aún así, no está todo perdido. QUEDA LA AMISTAD. Alguna cosa ha de quedar y queda, dentro de la gente. Y esto tiene que ser preservado por encima de todo. Entonces el niño tomó la vela de la esperanza, y encendió nuevamente las que estaban apagadas. PAZ, FÉ, AMOR y ESPERANZA.
Por eso es muy importante cuidar, que la vela de la ESPERANZA, nunca se apague. Ella es nuestra luz, al final del túnel. Y por eso es muy importante, que las velas de la ESPERANZA, EL AMOR, LA FE, Y LA PAZ, junto con la amistad no ase apaguen nunca en la vida de la persona.
UNA VELA NO PIERDE SU LUZ ENCENDIENDO OTRA.