En Sagentes de Lora, provincia y diócesis de Burgos, nación don Andrés Majón, el 30 de Noviembre de 1846, quien años más tarde, sería el hombre bueno, el sabio, el canónigo del Sacromonte que durante cuarenta y tres años explicó la disciplina del Derecho en las Universidades de Salamanca, Santiago de Compostela y Granada, pero sobre todo, el ilustre pedagogo español, fundador de las Escuelas del Ave María.
Tuvo su origen esta gran Institución en una cueva, donde una "maestra" enseñaba a rezar a 15 niños y niñas. percibiendo por ello, 18 reales al mes.
Un día en que Don Andrés bajaba con su burra por la Universidad, se sorprendió al oír canturrear la doctrina cristiana; descendió dela burra, trepó por las veredas y halló en una cueva una mujer pequeña y vulgar, la María Miga", rodeada de chiquellos.
Al día siguiente, trató de localizar a la improvisada maestra y de pactar con ella su colaboración.. Aquella tan pomposamente llamada escuela, debía continuar.
La Miga, seguiría inspirando y dirigiendo la cantinela de los pequeños. Pero él, sería el socio "industrial", abonaría el alquiler de la cueva, suministraría sobras de la comida colegial del Sacromonte y facilitaría a la educadora y a sus pupilos el acceso a los cultos de la iglesia de la Abadía. De acuerdo, la Maestra Miga, aceptó el pacto, pero en el periodo vacacional desapareció. Según manifestó don Andrés, "aquella mujer, pobre e ignorante, le enseñó más que los amigos sabios y cuerdos".
Había que empezar como fuera, sin esperar a planificaciones ni a soluciones financieras, y en el verano de 1889 compró un carmen, habilitó la edificación como escuela, al frente de la cual puso a una maestra titulada; corrió la voz de sus intenciones y el 1 de octubre se clocó a la puerta a la espera del alumnado.
Llegaron y fueron admitidos los catorce primeros niños que pronto se multiplicaron, desbordando todas las posibles previsiones. Dos fines elementales tenía aquella "escuelita" en la mente de Don Andrés: "educar a niños y niñas que fueran pobres". La rebeldía frente a la necesidad y a la rutina que entrañaba la obra de Don Andrés, se encaminaba a rectificar lo más torcido que era el abandono de la infancia pobre y dentro de esta, de las niñas. La mentalidad de la época y más en el Camino del Sacromonte las relegaba a la ignorancia y al fonde la cueva que servía de hogar.

La obra del Padre Manjón, trajo a Granada muy pronto grandes frutos, en 1900, concurrían a estas escuelas del Camino del Monte, más de mil alumnos y había en ella personal y material para diecisiete clases; además de una imprenta, talleres de carpintería y calzado, campos de experimentación, academia de Dibujo y MNúsita y un batallón escolar con bandas de música de cornetas y tambores.
Aspiraba el Padre Manjón a hacer de la Escuela una guía y sostén de la vida y un plantel de buenos maestros y rodear a Granada de escuelas, invadiéndola de pobres convertidos en educadores o en obreros inteligentes y honrados, dando un paso gigantesco en orden a la cultura y regeneración de la clase pobres de la capital.
Don Andrés Majón ocupa un puesto relevante entre educadores modernos por su obra pedagógica y social.
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