Me remonto al mes de abril de 1965, fecha en que terminé mi servicio militar.
Y aunque durante la prestación de este servicio mantuve mi puesto de trabajo en la Oficina de Turismo de la Casa de los Tiros, al finalizar volví a retomar mi trabajo como "auxiliar con funciones de ordenanza" y también como auxiliar administrativo en la Delegación Provincial de Información y Turismo de la que dependíamos, y que por aquellos años estaba situada en la tercera planta del Edificio del Banco de Bilbao.
De las personas que en aquellos años y en posteriores fueron mis compañeros, siento un gran admiración, respeto y cariño, al tiempo que pasan por mi cabeza sus caras, sus gestos y sus palabras, de personas de las que aprendí mucho.
Pero de una manera muy especial, mi recuerdo hoy para Don JULIO ROMERO BARBOSA. y a él mi recuerdo, mi admiración y al que me referiré después.
De los que ya no están entre nosotros, recuerdo a:
Don Antonio Gallego Morell, Don Antonio Embiz, Don Víctor Enrique Chávarri Peñalver, Don Ricardo Esquivias Franco, Don Gonzalo Gallas Encinas, Don José Díaz Flores, Don Carmelo Cebrián y Don Alejandro Parra Muñoz y algunos más.
Y de la propia Oficina de Turismo tengo un recuerdo muy especial de Don Antonio Alonso Domínguez y Don Enrique Wulff Martín.
Hay otras muchas que aunque no estaban en estas oficinas si estaban muy relacionados sus trabajos y por tanto su contacto era muy frecuente. Eran Don Rafael Gómez Montero, corresponsal de RNE y Don Armando López Murcia de TVE .
JULIO ROMERO BARBOSA, en la etapa primordial de mi vida en la administración.
He mencionado antes a Julio Romero Barbosa. Persona sencilla, entrañable, comunicador, funcionario ejemplar y sobre todo "COMPAÑERO". Así con mayúscula. Podría añadir otro calificativo. Mi "ángel de la guarda". De él aprendí mucho y me ayudó a dar los primeros pasos para acceder al funcionariado.
Julio se incorpora a la Delegación Provincial de Granada, procedente del Ministerio de Información y Turismo en Madrid, aproximadamente en Abril de 1965, cuando yo me incorporo terminado mi servicio militar.
Y aunque su destino era la propia delegación como "secretario de expedientes" (entre otras muchas actividades), junto con Don Miguel Moreno Torres, el Delegado Provincial Don Antonio Gallego le encarga que se desplace un tiempo a la Oficina de Turismo en la Casa de los Tiros para actualizar y reorganizar el trabajo adminsitrativo, ya que por aquella fecha solo estábamos Don Antonio Alonso y yo. Él como informador y yo como auxiliar ordenanza. Y la cantidad de correspondencia que allí se manejaba de todas las nacionalidades y así mismo la entrada y distribución de propoganda turística, necesitaban un técnico como era Julio.
Y así comenzó y así comenzamos nuestra relación. Julio necesitaba de mi colaboración que conocía donde estaba todo y yo empecé a aprender lo que era la administración: Desde un "oficio", un "saluda", un "sobre" una "franquicia", etc. etc..... Información que Julio me mostraba y enseñaba día a día, sin reservarse nada, sino todo lo contrario, poniendo a mi disposición todo el trabajo que él iba poniendo en orden.
Y junto con el trabajo comenzaron las salidas a tomar café, donde la amistad se hizo más amistad. Conoció a Eli, que por entonces era mi novia y prestaba servicio en el propio Museo de la Casa de los Tiros. Y nosotros (Eli y yo) conocimos a su encantadora esposa Mari y poco a poco los hijos que del matrimonio fueron naciendo: Fuensanta, Julio, Mari Carmen y Jesús. Después vendría Manolo fruto según ellos, de la fecha de nuestra boda en Septiembre de 1973.
Y a su casa en Carretera de la Sierra, nos desplazábamos Eli y yo una tarde sí y otra también para disfrutar de aquellos encantadores y cariñosos hijos.
Como anécdota recordamos que tanto Julio como Jesús, jugaban con nosotros y sus cochecitos donde aprendieron nuestros nombre a su estilo: (Salagüi y Alique) Que por cierto julio decía: "No dicen papá y ya dicen vuestros nombres". Pero es que fueron muchas horas las que pasamos con ellos y pasando muy buenas tardes. Podemos decir que parte de nuestro noviazgo lo pasábamos con ellos. A veces nos desplazábamos a Atarfe donde Mari tenía a sus padres y su hermano, el sacerdote y párroco Don Francisco Puertas López. Y pasábamos también buenos ratos con ellos y sus encantadores padres. Me refiero a los padres de Mari.
Llegó la primavera de 1967 y se convocan en el BOE, las oposiciones para acceder al Cuerpo General Auxiliar de la Administración Civil del Estado. (Yo ni enterarme). Pero Julio copió (digo copió porque no teníamos fotocopiadora) la convocatoria y me dijo: "Tenemos que ir y aprobar estas oposiciones". Nuestra situación era: Él era interino y yo tenía una plaza como Auxiliar con funciones de ordenanza y cobraba por unos presupuestos del MIT que se denominaban "póliza del turismo", y que según Julio que tenía varios años de experiencia en el Ministerio en Madrid, eso decía él: "podría tener caducidad" y había que hacerse funcionario".
Los requisitos: Además de los generales de ser mayor de edad, español, etc. etc. tener amplos conocimientos de cultura general, conocer la administración del Estado, los Organismos Autónomos y la Administración Local. Y esto estaba en un temario que pronto nos hicimos de él solicitándolo a una academia de Madrid previo envío de un giro postal por su importe. Y como repito, no había fotocopiadoras, nos repartimos los temas. Los de cultura general nos lo intercambiábamos y los específicos los copiamos a máquina con un calco para tener una copia cada uno. (Por cierto todavía los conservo).
Julio era un fuera de serie como mecanógrafo, eso lo saben todavía los que posteriormente han sido sus compañeros en notarías a las que se pasó posteriormente.
Para mí, fue mi "maestro", mi "amigo", mi "compañero".
Julio se incorpora a la Delegación Provincial de Granada, procedente del Ministerio de Información y Turismo en Madrid, aproximadamente en Abril de 1965, cuando yo me incorporo terminado mi servicio militar.
Y aunque su destino era la propia delegación como "secretario de expedientes" (entre otras muchas actividades), junto con Don Miguel Moreno Torres, el Delegado Provincial Don Antonio Gallego le encarga que se desplace un tiempo a la Oficina de Turismo en la Casa de los Tiros para actualizar y reorganizar el trabajo adminsitrativo, ya que por aquella fecha solo estábamos Don Antonio Alonso y yo. Él como informador y yo como auxiliar ordenanza. Y la cantidad de correspondencia que allí se manejaba de todas las nacionalidades y así mismo la entrada y distribución de propoganda turística, necesitaban un técnico como era Julio.
Y así comenzó y así comenzamos nuestra relación. Julio necesitaba de mi colaboración que conocía donde estaba todo y yo empecé a aprender lo que era la administración: Desde un "oficio", un "saluda", un "sobre" una "franquicia", etc. etc..... Información que Julio me mostraba y enseñaba día a día, sin reservarse nada, sino todo lo contrario, poniendo a mi disposición todo el trabajo que él iba poniendo en orden.
Y junto con el trabajo comenzaron las salidas a tomar café, donde la amistad se hizo más amistad. Conoció a Eli, que por entonces era mi novia y prestaba servicio en el propio Museo de la Casa de los Tiros. Y nosotros (Eli y yo) conocimos a su encantadora esposa Mari y poco a poco los hijos que del matrimonio fueron naciendo: Fuensanta, Julio, Mari Carmen y Jesús. Después vendría Manolo fruto según ellos, de la fecha de nuestra boda en Septiembre de 1973.
Y a su casa en Carretera de la Sierra, nos desplazábamos Eli y yo una tarde sí y otra también para disfrutar de aquellos encantadores y cariñosos hijos.
Como anécdota recordamos que tanto Julio como Jesús, jugaban con nosotros y sus cochecitos donde aprendieron nuestros nombre a su estilo: (Salagüi y Alique) Que por cierto julio decía: "No dicen papá y ya dicen vuestros nombres". Pero es que fueron muchas horas las que pasamos con ellos y pasando muy buenas tardes. Podemos decir que parte de nuestro noviazgo lo pasábamos con ellos. A veces nos desplazábamos a Atarfe donde Mari tenía a sus padres y su hermano, el sacerdote y párroco Don Francisco Puertas López. Y pasábamos también buenos ratos con ellos y sus encantadores padres. Me refiero a los padres de Mari.
Llegó la primavera de 1967 y se convocan en el BOE, las oposiciones para acceder al Cuerpo General Auxiliar de la Administración Civil del Estado. (Yo ni enterarme). Pero Julio copió (digo copió porque no teníamos fotocopiadora) la convocatoria y me dijo: "Tenemos que ir y aprobar estas oposiciones". Nuestra situación era: Él era interino y yo tenía una plaza como Auxiliar con funciones de ordenanza y cobraba por unos presupuestos del MIT que se denominaban "póliza del turismo", y que según Julio que tenía varios años de experiencia en el Ministerio en Madrid, eso decía él: "podría tener caducidad" y había que hacerse funcionario".
Los requisitos: Además de los generales de ser mayor de edad, español, etc. etc. tener amplos conocimientos de cultura general, conocer la administración del Estado, los Organismos Autónomos y la Administración Local. Y esto estaba en un temario que pronto nos hicimos de él solicitándolo a una academia de Madrid previo envío de un giro postal por su importe. Y como repito, no había fotocopiadoras, nos repartimos los temas. Los de cultura general nos lo intercambiábamos y los específicos los copiamos a máquina con un calco para tener una copia cada uno. (Por cierto todavía los conservo).
Julio era un fuera de serie como mecanógrafo, eso lo saben todavía los que posteriormente han sido sus compañeros en notarías a las que se pasó posteriormente.
Para mí, fue mi "maestro", mi "amigo", mi "compañero".
Foto que me hizo Julio en una de las paradas en La Mancha cuando viajábamos en mi vespa a Madrid |