viernes, 23 de enero de 2009

¿Quién educa a los hijos?

4,45 de la mañana del viernes, 23 de enero de 2009. Abro internet como cada día algo y la primera noticia que veo es: " "Andalucia - La Audiencia de Jaén aumenta la pena a la madre condenada por abofetear a su hijo de diez años" (la publica el diario IDEAL)
No puedo disimular mi asombro, pero no es de extrañar en la sociedad en que vivimos hoy día. Es difícil opinar en estos casos sin conocer a los actores de esta rocambolesca película. Niño que no hace deberes ¿cómo se le obliga a un niño a que cumpla con su deber? Niño que tira una zapatilla a su madre (para mí que la bofetada está más que justificada). ¿Y la pena que se le impone a la madre por dar una bofetada a su hijo? ¿Quien tiene la obligación de educar a los hijos? La sociedad: está claro que no. Yo no quiero que la sociedad que tenemos hoy día eduque a mis hijos. La educación de la sociedad (en general, matizo) hoy día, está corrompida y por eso no quiero que sea la encargada de educar a mis hijos. La escuela: ¿cómo? ¿dándole preservativos? ¿negándoles el derecho a tener un crucifijo en la clase? o, acaso tal vez con la asignatura "educación para la ciudadanía"? No puedo estar de acuerdo con este veredicto, lo siento, pero a mis hijos los educo yo.
Al niño, como al árbol, me enseñaron que hay que "guiarlo" desde muy pequeño, si se desvía cuando crece, estará desviado toda la vida.
Una madre, en su sano juicio, no puede nunca querer nada malo para su hijo.
En uno de los libros que tengo en mi blioteca editado por Luis Vives en 1948, el periodista y escritor Severo Catalina, dice: La madre es nuestra providencia sobre la tierra en los primeros años de la vida, nuestro apoyo más firme en los años siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y má leal en los años borrascosos de la juventud".´
Y aunque parezca fuera de juego en los tiempos en que vivimos, la ternura de una madre ha sido y seguirá siendo lo más cáldo y tierno que puede recibir un hijo.
En este mismo libro que menciono anteriormente, encuentro esta "canción de la madre" de Antonio de Trueba:
Los días son fríos, las noches largas
y el viento del norte, silba en la ventana.
Duérmete en mi seno; duerme hijo del alma,
que en tanto que todos, tranquilos descansan,
sólo tú, amor mío, despierto te hallas.
Durmiendo está al lado, del fuego la gata,
y ya en la pradera, los grillos no cantan;
ni nada se mueve, en toda la casa,
más que un ratoncillo, que roe una tabla.
Pero ¿por qué miras, así a la ventanana?
¿Acaso te asustan, la luna que irradia,
la lluvia que suena, y el viento que brama?
Duérmete, amor mío, duerme hasta mañana;
duerme, y no te asuten, el viento y el agua.
Que mientras el niño, durmiendo descansa,
su madre y los Ángeles, el sueño la guardan.

1 comentario:

  1. No es fácil hacerlo bien, pero a los hijos los educan los padres, con la ayuda de la escuela y la inquietante influencia de cada sociedad. Entiendo que así ha sido hasta hoy y así lo haré yo.

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