martes, 2 de junio de 2009

MI PRIMERA Y LA ÚLTIMA RELACIÓN CON EL PADRE FERRER

1971. El año 1971 fue el año del lanzamiento de la gran publicación del Libro "SIERRA NEVADA" del Padre Ferrer. Estaba yo por entonces destinado en la Delegación Provincial de Información y Turismo, y entre otras competencias tenía la de "Encargado del depósito de Prensa e Imprenta". Ya se habían publicado varias notas en la prensa, e incluso creo recordar que una "addenda", por lo que conocía que ese libro estaba en imprenta y muy próxima la fecha de su salida. Un día me anunciaron desde la entonces imprenta "Anel" que me iban a presentar este libro para cumplir con lo establecido en la Ley14/1966, de 18 de marzo de Prensa e Imprenta. No pasaron muchos días cuando una mañana se presenta en mi despacho el Padre Ferrer con un voluminoso paquete. Yo al verlo creí que me traía los seis ejemplares que establecía la ley antes referida. Mi sorpresa fue cuando al desenvolverlo vi que se trataba solo de un ejemplar, que por cierto tenía (y tiene) algunas manchas producidas por la manipulación de los empleados, ya que según me dijo se había preparado especialmente para que se iniciara el proceso administrativo de rigor. Y después de desenvolverlo me dijo: "Esto es un regalo para Vd. y quiero que se que lo vaya leyendo, para que cuando estén el resto de los ejemplares necesarios para el trámite ya tenga ese trabajo adelantado y que no se me demore mucho, pues quiero presentarlo (tal día, no recuerdo como es lógico esa fecha). Y aunque el Padre Ferrer conocía perfectamente que al presentar la publicación había que sellar y devolver de inmediato un ejemplar, y que por otra parte estaba claro que allí no había nada que pudiera retrasar la resolución final del expediente, él, cumplidor de la norma, quería asegurarse y por eso me dijo, le traigo este ejemplar que es para Vd. al margen del resto de ejemplares que en su día se presentarán. Hoy puedo decir la verdad, y es que no me lo leí. Si me recreé en él, especialmente en sus mapas y fotos. Pero aquella petición del Padre Ferrer para mí era una orden. No pasaron muchos dían cuando la DKW de la imprenta Anel se paraba en la Plaza de Isabel la Católica y en un carrito de transporte el empleado de la imprenta Antonio Camarero, (que además yo lo conocía por ser oriundo de Montillana), descarbaba dos cajas que subió a la tercera planta del edificio del Banco de Bilbao donde yo esperaba ese encargo. A mí me correspondia poner el sello y con la devolución de un ejemplar sellado y firmado el libro podía distribuirse. Fue la primera vez que sentí un cierto pudor al estampar aquel sello con tinta roja en cada uno de los seis ejemplares. Me daba la sensación como si estuviese manchando la "sierra". Y es que las fotos, las transparencias y los mapas me impresionaban. Cumplido este trámite creí que ya había terminado el proceso, pero el mismo día, lo recuerdo perfectamente, a última hora de la mañana se presentó de nuevo el Padre Ferrer. En esta ocasión venía a darme las gracias. Lo que vino después fue que, con el paso del tiempo el libro se ha leido, releido y especialmente repasadas sus fotos y sus mapas por mis cuatro hijos. Y que yo al ver el interés que tenían en este libro, sentí la necesidad de ponerme en contacto con el Padre Ferrer para que me firmase y dedicase este primer ejemplar. Pero los días y los años pasaron. Hasta que un día ellos decidieron visitarlo en la residencia de los Padres Jesuitas para que les dedicase el libro. El autor del libro, al ver que mis hijos llevan el segundo apellido "Villoslada", lo relacionó y muy justamente, con el también jesuíta "Padre Villoslada" y le dedicó el libro a la "Familia Villoslada". Así que como anécdota, después de tanto tiempo esperando esta dedicatoria, ahora resulta que yo ni siquiera figuro. Pero lo importante está ahí. Ahí está esa gran obra del Padre Ferrer de la que nos sentimos muy orgullosos de poseerla y porque además, aunque no figure en ningún sitio, FUE EL PRIMER EJEMPLAR QUE SALIO DE LA IMPRENTA y que me entregó personalmente su autor. ----------------- 2009. Su caída y la entrega de la placa por parte de la UNESCO, es otro capítulo y mi último contacto con el Padre Ferrer. Hace más de un mes, iba yo a la sede de la UNESCO en la Facultad de Ciencias de la Educación. Mientras paraba mi moto vi que por el pasadizo de la entrada caminaba el Padre Ferrer. Me imaginé que iba a la sede y adelanté el paso, pero no lo suficiente que hubiese evitado su caída. Ocurrió que con la claridad de la luz del sol y al entrar hay un escalón que el Padre Ferrer no debió ver y pisó en falso cayendo al suelo. Con dos funcionarias que había en la ventanilla lo levantamos y el se mostraba muy enfadado por "el escalón" y se puso en marcha con alguna dificultad hacia la sede que está a la enfrente de la entrada. Estaba cerrada en ese momento y se mostró muy enfadado. Yo como es lógico en ese momento no me di a conocer. Pero como intuía que buscaba a Don Miguel Carrascosa le pregunté que si tenía su teléfono y si no yo se lo facilitaba. Me dijo que si y se marchó algo enfadado. Como ya es sabido y relato en mi anterior entrada en este blog, el 18 de mayo se celebró ese entrañable acto de la entrega de la medalla y que posiblemente haya sido el último. Si bien se han publicado algunas fotos, en las que me veo en ese acto, siempre estaré arrepentido de no haber llevado mi máquina como siempre suelo hacer, y haberme hecho esa ÚLTIMA FOTO CON EL PADRE FERRER. Otra vez he llegado tarde, como cuando en el momento oportuno, no le pedí que me dedicase a mí el libro.

1 comentario:

  1. Se ha ido un gran hombre pero nos ha dejado su estupendo legado. Curiosa historia la tuya con el Padre Ferrer, no sabía lo de los seis ejemplares y demás.

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