lunes, 13 de diciembre de 2010

Una vida menos ¡qué triste!

Acabo de ver, una vez más, la imagen de un hombre que yace muerto en la acera de una calle cualquiera. Mientras los servicios que ya no pueden hacer nada por su vida, tratan de recopilar datos para dar con el asesino. Y después ¿qué? Unos meses en prisión "de primera", pronto en prisión atenuada y salir de nuevo como si nada. (Foto tomada de la edición del diario IDEAL ahora mismo, las 3,12 del día 13 de diciembre de 2010).

Pero ¿cómo si nada? Si es una vida. Es una persona. ¿Nos hemos parado alguna vez a ver paso a paso la trayectoria de una persona hasta llegar a ese momento de perder la vida, de forma no natural, sino por el capricho de otro? Fue como todos un bebé, al que seguro que sus padres cuidaron. Recibió -sin duda-, el cariño que los padres sabemos darle a un hijo. Caricias, besos, regalos..... y más tarde lo llevarían al Colegio. Se hizo adolescente y siguió una trayectoria hasta que hacerse mayor y formar su "propia vida" con su mujer y su/s hijo/s. En esa etapa sí que hay tanto que contar..... Es dura pero al mismo tiempo se disfruta tanto..... Y ahora llega alguien que se cree con derecho a romper esa vida y dejar en el camino la esperanza y las ilusiones de un hombre, sin poder cumplir las aspiraciones que este hombre tendría..... Iba a ver a su hijo (la sociedad actual nos ha acostumbrado también a eso tan duro como es tener que ir un día a ver al hijo o a los hijos, cuando lo normal es disfrutarlo día a día y ayudarle hasta llegar a ser independiente).

Pero para el caso es igual, es una persona, es un padre. Y los padres cuando los hijos se indpendizan, tampoco permanecen ajenos a sus vidas, les siguen en sus logros, sus alegrías, sus buenos momentos y ¿por qué no?, también sus malos momentos que tiene la vida. ALEGRÍA y TRISTEZA. Todo se le ha cortado a este hombre. ¿Por qué? Yo, miro la imagen y me parece como si las personas que lo atienden estuvieran esperando una respuesta ¿quién ha sido? O tal vez una pregunta ¿por qué me han hecho esto? Me vuelve a mi mente aquella pregunta que le hacía una vez a mi madre cuando me llevó a la Iglesia y me puso ante un enorme Crucificado. Yo tan pequeño ante aquella imagen de "UNHOMBRE", clavado y derramando sangre le pregunté: ¿Por qué le mataron? A esa pregunta mi madre en aquella ocasión, cuando yo solo tenía cuatro o cinco años, me contestó: "los judíos eran malos". Ahora la pregunta sería: ¿Todavía hay judíos (hombre malos)? ¿No hemos aprendido cuanto vale la vida de una persona? No se, por qué a estas horas me ha dado por escribir esto? Son "mis cosas".

No hay comentarios:

Publicar un comentario