El 6 de enero de 1986, publicaba el diario IDEAL mi
artículo sobre la Fiesta de la Epifanía, fiesta de los Reyes Magos bajo el
título “LA EPIFANÍA DEL
SEÑOR Y LOS NIÑOS”.
En este artículo hacía la mis pregunta que hace el
Evangelio: «¿Dónde está el rey
de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella en el Oriente
y venimos a adorarle» (Mt.2,2).
La respuesta que daba yo, era que los niños tenían la mente llena de anuncios
de la TV y veían a su alrededor muchas compras, comidas, vestidos y muchos
juguetes y no acertaban a saber “dónde está el rey de los judíos que acaba de
nacer”.
Más tarde hacia una reflexión. Que la respuesta
debían encontrarla en su propia casa. Como les pasó a los Reyes Magos.
Siguiendo el Evangelio de San Mateo (2.11): «Llegando
a la casa, (se referían al
portal), vieron al Niño, con
María, su Madre».
Ahora, 29 años después, veo cada día más difícil que
los niños de hoy encuentren a Jesús. Es más, que ni siquiera sepan donde buscar
y poder encontrarlo. Por supuesto que en su casa hoy no, porque a pesar de que
cada día cuentan con más medios, estos se limitan a confundir aún más al que se
atreve a entrar en Internet y preguntar por los “Reyes Magos”.
Busco en
google, que suele ser el primer buscador al que todos acudimos y la primera
respuesta es totalmente desconcertante, porque ahora resulta que los Reyes
Magos no eran tres sino cuatro. Y en una segunda
respuesta leo: “Puedes
pagar tu pedido con tarjeta de crédito, o vía transferencia bancaria” (con la
que está cayendo y ahora con la subida de los nuevos alquileres, la subida de
tres euros al sueldo interprofesional y el 0,25 a las pensiones).
Y para
seguir en la familia, solo hay problemas. Fíjense: (está en Internet). Los padres de un niño con un tambor recurren al Tribunal de La Haya, porque desde que el abuelo le regaló un tambor al niño
este no para de tocarlo de día y de noche y se
ha pasado los ocho últimos meses aporreando el tambor durante la hora de la
siesta. La madre del niño le amenazó con acudir a su padre que está trabajando
en el extranjero y tras ser ignorado también, el matrimonio decidió abrir la
vía judicial. Hasta ahora, el niño no ha reconocido ningún tribunal y ha
seguido tocando el tambor frente a todas las instancias por las que ha pasado;
han acudido al Supremo, sin embargo el tribunal español rechazó la solicitud de
juzgar al niño en su país, subrayando la falta de medios para abordar un caso
de tal magnitud sobre todo teniendo en cuenta que el niño no deja de tocar el
tambor todo el rato y así no se puede trabajar. Por tanto, no quedaron más
salidas que la de acudir a la justicia internacional “para meter al niño en
cintura”. Se espera que la primera comparecencia del niño con tambor ante La
Haya se produzca en el plazo máximo de una semana, en una vista en la que Álex
se podrá declarar culpable o inocente de los cargos de dar la lata a todos con
el tambor y dice que, lo va a seguir haciendo todo el día. Por otra parte, el
abuelo del pequeño, responsable de la compra del tambor de juguete, no será
procesado. Y para agravarlo todavía un poco más, según ha informado la abuela a
los medios, el anciano le ha comprado a su nieto una armónica.
Otro niño descubre que es hijo de los Reyes Magos al observar que la madre estaba muy
nerviosa encontró los regalos en un armario. De
momento, los padres ni confirman ni desmienten la versión del pequeño Luigi,
que busca rastros.
Por
otro lado, a un político catalán los reyes le
traen un “vale por la independencia de Cataluña”
(lo que faltaba).
Acudo
a wikipedia, que al parecer tiene una más información más seria y veraz. Pues
ni por esas. Entre otras cosas dice que:
Los Evangelios solo hablan de «magos», en ninguna parte
se indican sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres.
Según
la creencia católica, estos magos eran representantes de religiones paganas.
Eran
los miembros de la casta sacerdotal medo-persa.
En interpretaciones posteriores, los Magos fueron considerados originarios de Europa, Asia y de África respectivamente.
Y
hasta el mismo Papa Benedicto XVI, en su último libro escrito sobre Jesús de Nazaret, dice que los Reyes Magos probablemente no venían
de Oriente, como se ha creído tradicionalmente, sino de Tartessos.
Por
su parte, el secretario general de la Conferencia Episcopal monseñor Juan Antonio Martínez Camino intenta aclarar que en ningún momento
el Santo Padre dice que «los Reyes Magos fueran andaluces.
Hablar de los nombres de los Reyes Magos es otro problema añadido a toda esta
confusión: Se dice que son llamados Melichior, Gathaspa y Bithisarea y en el Evangelio armenio se les
llama Balthazar, Melkon y Gaspard.
Y a mí
desde pequeño, tanto en la escuela como en la catequesis, metiéndome en la
cabeza que se llamaban MELCHOR, GASPAR y BALTASAR. Y eso es lo en nuestra casa,
mi mujer y yo les hemos enseñados a nuestros hijos.
A
nuestros nietos lo tenemos más difícil, porque ellos tienen tablets y smartphones y ya ni les hace falta, ni quieren oír
“los cuentos de los abuelos”.
Y para
terminar me voy al final de lo que decía en mi artículo sobre la Epifanía y los
Reyes Magos: “Seguimos leyendo el Evangelio de San Mateo:
«Llegando a la casa, vieron al Niño, con María, su Madre» (Mt.2.11). La estrella ha vuelvo a
guiar a los Magos. El Niño está con su Madre”.
¿Qué
hay de verdad en esto? O dicho de otra forma ¿qué es lo que hoy encuentran los
niños al volver a casa? ¿A su madre y a su padre? No. Buscan en internet, las tablets los
smartphones, los móviles y en wasap?
Los
niños, (nuestros nietos) ¿van a la catequesis? ¿Tienen catequesis en su casa
por parte del padre y/o de la madre? ¿Se les habla de Jesús? ¿Se les habla de
los Magos y de la estrella de oriente?
Nuestra
enseñanza, nuestra verdad, es que en Belén nació un Niño a quien adoraron
los pastores y también los Reyes Magos. Pero hoy día, nos seguimos haciendo la
misma pregunta: “¿Dónde está
el rey de los judíos que acaba de nacer? Hemos visto su estrella en el Oriente
y venimos a adorarle» (Mt.2,2).
Buscaban a Jesús. Habían oído hablar del nacimiento del Hijo de Dios y venían a
adorar a este Niño recién nacido. Los Magos siguieron la estrella. Pero 29 años
después de escribir aquél artículo me sigo haciendo la misma pregunta: ¿Dónde
está la estrella que nos guíe hacia Jesús?”
Conviene recordar que la vida religiosa y moral, arranca desde el mismo
principio de la vida humana. Los primeros años de la vida son importantísimos
para asentar los cimientos sobre los que se fundamentará la personalidad
cristiana equilibrada del futuro adulto. Con la llegada al colegio, el niño
entra a formar parte de una sociedad más amplia que la fe de la propia familia
y empezará buscar una explicación más completa de la vida religiosa de los
adultos que le rodean. Y lo que el niño está viendo a su alrededor es muy
distinto de lo que se le dice en la catequesis (si va).
Y aquí
y ahora es donde el niño pierde la estrella que le venía guiando. No está en
wasap, ni en google, ni se puede encontrar en las tablets ni en los
smartphones; ni en los móviles, ni por wasap?
Y los
niños se encuentran perdidos.