martes, 6 de enero de 2015

EL AYER Y EL HOY DE LA FIESTA DE REYES MAGOS

Cómo celebraba yo de pequeño y como celebramos hoy la fiesta de los Reyes Magos en nuestra casa

Aunque tengo muy buena memoria, en el caso de la fiesta de los Reyes Magos debo decir que mi memoria en este caso es como el río Guadiana, que desaparece y vuelve a aparecer.
Cuando a finales de la década de los 50 y principios de los 60 yo era un niño muy pequeño pero tengo muy buenos recuerdos. Dentro de las posibilidades de mis padres, -algo que yo aquel momento yo no podía valorar, tenía mucha ilusión por esa noche.
Mi madre y mi padre, me llevaban a ver la cabalgata que habia en mi pueblo. Y posiblemente por la emoción de aquellos momentos no recuerdo llevar a mi hermana mayor, porque la pequeña es lógico porque solo contaba en aquel tiempo con dos o tres años.
Imagen de internet que corresponde a
la cabalga de Reyes en 1956 en Churra /Murcia), similar
 similar a lo que sería la cabalgata
en mi pueblo en aquellos años.

El recuerdo que tengo de aquella cabalgata de Benalúa de las Villas consistía en una estrella que iba abriendo el cortejo y, que yo recuerde, se componía solo de tres caballos con sus tres reyes subidos y unos pajes cuya misión era llevar cogidos los caballos.
Y en seguida nos íbamos a casa porque tenía que estar acostado cuando llegaran los reyes, porque si estaba despierto no me dejaban nada.
Después, ya acostado, oía las herraduras de los caballos en la puerta de mi casa que estaba empedrada como la mayoría de las puertas de las casas del pueblo en aquellos años.
Cuando llegaban con mucho cuidado mi padre me sacaba de la cama y me decía, “no hables para que no te oigan”. Yo no quería que me vieran, por eso con la luz apagada mi padre y mi madre, abrían los postigos de la ventana y veía los caballos en la puerta.
En seguida mi padre me acostaba y me arropaba hasta la cabeza. Primero porque en mi pueblo siempre hacía muchos frío, -como sigue haciendo-. Y después porque no debían saber los reyes que yo los había visto.
Al amanecer iba al lado de la ventana y allí encontraba mis regalos, que eran una sorpresa porque que yo nunca podía pedir. Lo que yo pedía era algún  libro de lectura, por supuesto sin título ni autor y un lápiz, goma de borrar y alguna pluma, palillero y el tintero (no existían los bolígrafos). Pero recuerdo las grandes sorpresas que me trajeron. Un año fue una bicicleta de tres ruedas de chapa, el asiento de madera con un dibujo. Otro año fue un tranvía de chapa amarillo con el anuncio de “cinzano” y otro año fue un caballo de cartón. No olvido esos tres regalos.
 
Detalle de nuestro Nacimiento llegando los RR.MM.


Aquí se acaban mis recuerdos. Porque con el traslado desde Benalúa a Campotéjar y Montillana, posiblemente como la economía iba a menos y mi made cayó en lo que hoy conocemos como depresión, se debieron perder los regalos y por tanto se perdieron mis recuerdos.

Pero como el río Guadiana, veinte años después ya cuando yo tenía 26 o 27 años, era a finales de la década de los 60, con mi noviazgo volvieron a venir los Reyes. Con mucha ilusión les pedía algo para ella y ella para mí.

También los abuelos tuvimos nuestros regalos el pasado año
Y lo mejor estaba por llegar. Cuando nacieron nuestros hijos en casa de Eli mi mujer, se celebraba de una manera muy especial. Los reyes en casa de la abuela -como recuerdan nuestros hijos- eran una gran fiesta. Una habitación se dedicaba ese día a los Reyes y allí dejaban muchas cosas. Juguetes para los nietos y regalos distintos tanto para los mayores. Todos éramos tratados por igual, lo mismo hijos que nueras y yo que era el único yerno. Abrir la puerta del cuarto, era todo un misterio y una ilusión. Delante la abuela y detrás todos los nietos que llegaron a ser quince y algún año diecisiete. A eso unimos los hijos y los consortes. La verdad es que el paje María Angustias fue siempre imprescindible para montar esta fiesta y a ella debemos ese recuerdo. María Angustias sigue siendo intrépida y hace el esfuerzo para mantener esa ilusión y la idea de la abuela Rosario, -su madre-. Después de abrir y ver los regalos, para comer nos íbamos a tomar bocadillos a un bar en Pedro Antonio de Alarcón y después cambiamos a un restaurante para poder tener a los niños sentados y controlados. Y de nuevo a casa de la abuela a merendar las tortas que Aito tenía preparadas y el roscón de reyes. A Aito la seguimos recordando todos incluidos sus sobrinos de una manera especial estos días. Como disfrutaba ella viendo sus sobrinos y sobrinas buscando sus regalos y abriendo paquetes.

El chocolate con churros que nos tomaremos a las 1o
para después abrir la puerta del salón a ver qué nos han traído los RR.MM.
Y nosotros les hemos inculcado esto a nuestros hijos, y aunque de otra forma, pero seguimos celebrando esta fiesta y nos intercambiamos algunos regalos que traen los Reyes Magos. Al tiempo que recordamos a la abuela Rosario y a Aito que ya no están con nosotros.

Ahora escribo este recuerdo a la media noche, mientras los Reyes siguen repartiendo y esperando que lleguen a nuestra casa. Porque a las diez esperamos a nuestros hijos con sus esposas que son nuestras hijas, y a los cinco nietos que ahora tenemos. Desayunaremos chocolate con churros aquí en la casa y después abriremos la puerta del salón, donde se supone que los reyes habrán dejado los regalos para los pequeños y algo, alguna sorpresa, para los mayores, que así de esta manera rememoraremos aquellos años en la casa de la abuela Rosario.

Que los Reyes se sigan acordando muchos años y nuestros hijos, hijas y nietos vengan a casa de la abuela Eli a por sus regalos

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