viernes, 18 de enero de 2019

EL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE MI PADRE

El pasado 12 de febrero de 2010 hubiese cumplido mi padre 100 años
Hoy que todo se celebra -aniversarios, bodas de plata, centenarios-, pienso yo: ¿porqué no voy a recordar el centenario del nacimiento de mi padre?
Fue un 12 de febrero de 1910, en Benalúa de las Villas, hijo de José Pérez Martínez y María Dolores Moreno Mesa.
MIS ABUELOS PATERENOS
A mi abuelo no lo conocí. La fatal guerra civil se lo llevó.
Pero a Mama Loles -que así le gustaba que le llamaran y así era conocida en la calle San Juan de los Reyes donde vivió muchos años y allí falleció en 1965- si la conocí, y conviví con ella algunos años desde 1959 -fecha en  que me vine a trabajar a Granada y ella me acogió, como su nieto que era-.
EL Nº 34 DE LA CALLE SAN JUAN DE LOS REYES
Y fue en aquella casa tan recordada por mí que era el número 34 de San Juan de los Reyes, frente por frente a la Iglesia.
Araceli y Rogelio, mis abuelos mateernos
Pero de esto después hablaré. Siguiendo con mi padre reconozco de que de su niñez y su juventud nada me habló nunca. Si tengo una foto que con su hermano Paco, va paseando por la Acera del Casino. Y otra con su hermano Josélito que desapareció en la guerra civil, al parecer porque pertenecía a la CNT, y nada se ha vuelto a saber.
MIS ABUELOS MATERNOS
No solo conocí a mis abuelos maternos: Miguel y Aurora, sino también a mi bisabuelo Rogelio.


MI MADRE Y EL MATRIMONIO
Mis padres: Consuelo (1915) y Leonardo (1910)
La unión en matrimonio debió ser al inicio de la guerra civil. Sé, que cuando se hizo novio de mi madre ella estaba en Granada. Primero en el Servicio Doméstico en la Gran Vía -por donde tantas mujeres han pasado-. Y de ahí pasó de niñera en casa de Don Antonio Gallego y Burín en la plaza de Santa Ana 20. De esa época me contaba que iba a llevar al Colegio a los hermanos Gallego Morell y también me contó, que una mañana se levantó como de diario a prepararse para llevar a los niños al Colegio y se encontró con Don Antonio en su despacho. Extrañada porque no era normal le preguntó: ¿Cómo es que está Vd. aquí a estas horas? Y él le contestó. ¿Pero es que no te has enterado de nada? ¿No sabes que esta noche nos han puesto una bomba en el portal? No pasó nada pero mi madre estaba un poco asustada. Y en la Navidad de 1935 o primeros días de enero de 1936, se fue a trabajar a una fábrica de chocolate que había en la calle Capuchinas. Y fue ahí donde le cogió el inicio de la guerra civil y donde al parecer mi padre la recogió para llevarla al pueblo, a Benalúa de las Villas.
LA GUERRA CIVIL
Por aquellos entonces mi padre debía vivir en Benalúa porque, según me contaron, él vino un par de veces para llevársela al pueblo y ella no quería. Hasta que al fin la convenció viendo que la situación empeoraba día a día. Y en los primeros meses de la guerra se fueron andando desde Granada a Benalúa. Cruzando el polvorín que había a la altura de la Cuesta de las Cabezas,, donde se supone que estaba la división de ambos bandos.
Y sobre esto siempre he intentado averiguar y últimamente con la oportunidad que he tenido en los archivos del Ayuntamiento, de como mi padre tenía esta facilidad para pasar de un bando a otro. Porque además del viaje que hizo para llevarse a mi madre al pueblo, él según me contó y otros mayores me han confirmado, bajaba a menudo a Granada a visitar a su madre que había quedado viuda.
Ahora que a pesar de que he tenido la ocasión de investigar en la documentación del Ayuntamiento, me he quedado sin saber:
1º. ¿Cómo mi padre, al que las "derechas" mataron a su padre, podía circular libremente de Benlúa de las Villas que estaba en zona roja, hasta Granada que estaba en el bando nacional?
He encontrado documentos de registro de su hermana María y de su hermano Paco. También de su madre y de su tía Carmen. Y de otros famililares que a partir del año 1940 ya finalizada la guerra civil, se les hacía un salvoconducto para poder desplazarse desde el pueblo hasta Granada. Sin embargo mi padre que se desplazaba regularmente a comprar material para la zapatería y para ver a su madre y a sus hermanos, nunca necesitó este documento. ¿Porqué? Algunas personas mayores del pueblo a las he comentado esto, me han dicho: Es que tu padre no se metía con nadie ni tenía enemigos, por eso pasaba tranquilamente.
De todas formas veo muy extraño no encontrar una sola línea en los libros de registro con el nombre de él.
Foto de mi padres trabajando en su
zapatería junto a la ventana de la casa
en las Piqueras
SU TRABAJO DE ZAPATERO
Parece ser que nunca fue demasiado bien el negocio de la zapatería. Al menos a partir de los años 50. Y digo esto porque además de su trabajo algunas veces recuerdo ver que iba al campo a echar algunas peonadas. Y además era normal que las noches las pasaba durmiendo en la Alsina Graells. Alguna noche, siendo muy niño le pedí y conseguí que me llevase con él y pasé la noche durmiendo en los asientos de la alsina. Eran tiempos inseguros y necesitaban un guardián y allí estaba él. ¿Cuanto le pagaban por ese trabajo? Nunca lo supe. Lo que sí se es que viajábamos todos gratis en la Alsina de Benalúa a Granada.
Y también hicimos muchos viajes en los camiones de las minas cuando transportaban el mineral desde la Minas del Saladillo hasta Albolote (de estas minas comentaré otro día)..
LA BODA Y DESPUÉS LOS 5 HIJOS
Parace que decidieron casarse nada más irse mi madre de Granada al pueblo por haber estallado la guerra civil. Y aunque nunca supieron decirme la fecha exacta, en el libro de familila y en el registro, consta la boda el 1 de enero de 1940. Y esto es así porque en Benalúa de las Villas se quemaron los archivos del ayuntamiento incluídos los del juzgado y los parroquiales, así como la iglesia que ardió igualmente, por lo que estuvieron suspendidos los registros, tanto civiles como eclesiásticos.
Después he sabido que fue en 1940 cuando se abríeron los primeros registros, y por eso mi padre consta en el libro 1, página 2. El segundo registrado..
Mis padres en 1943 con los mellizos
Yo en brazos de mi madre
Y mi hermana Carmen  (fallecida en 1944) con mi padre
En noviembre de 1937 tuvieron el primer hijo. Mejor dicho una hija a la que le pusieron como a mi madre: Consuelo. En 1941 nació el segundo hijo (José), que murió poco después, antes de cumplir los 14 meses. Siguó la descendencia y en Junio de 1943 nacimos de una vez los mellizos Carmen y Enrique (yo). Carmen murió al cumplir un año y diez días. Y cinco años después, en 1948 tuvieron otra hija -María de los Ángeles-. Así que fuímos cinco hijos de los que hoy vivimos solo tres.
Y ¿en qué trabajaba mi padre? Trabajó en el campo, aunque nunca tuvo tierras de su propiedad. Y mas tarde, debió ser recién casado cuando se estableció como "zapatero". Y así ha seguido hasta que se jubiló a los 65 años en 1975.
Yo en la Escuela en el curso 1949-1950
Anécdotas. Muchas. Pero hay una una que se me quedó grabada desde la primera vez que la oí. Yo veía que los hombres se reunían en el bar y bebían vino. Y mi padre solo tomaba café. Por la mañana, al mediodía y por la tarde. En una ocasión alguien le preguntaba porqué no bebía vino como los demas, y contaba lo siguiente:
UNA BORRACHERA Y NADA MÁS
Estaban trabajando en un cortijo. Y como era normal al terminar se bebían sus botellas o garrafas de vino en la cena. Y una noche parece que se pasó. Y con ellos había un señor mayor que como él, que tenía un defecto en un ojo (mi padre también tenía lo que siempre le veíamos con una pinta en un ojo aunque nunca se quejó ni le impidió trabajar y leer sin gafas. Pero alguien le etiquetó como "el tuerto del manchego". -Lo de manchego le venía de su padre aunque tampoco nunca hemos sabido a ciencia cierta el porqué lo de "manchego". Él me dijo una vez que parece ser que era porque su padre vestia unas chaquetas parecidas a los hombres que venían de la Mancha vendiendo quesos. Eso parece que era el motivo. Pues como decía, esa noche se pasó un poco y cuando bebía levantaba la botella y decía: "P'a mí y p'al tuerto". De entrada nadie podía molestarse porque él quería decir "para mí y para mí". Pero de segundas le llegaba indirectamente a este señor mayor.
SIEMPE RESPETÓ MUCHO A LOS MAYORES Y ESO ME LO INCULCÓ DE UNA MANERA MUY PREFERENTE.
Como él siempre tuvo un especial respeto a los mayores, -lo que nos inculcó de una manera especial-, a la mañana siguiente le contaron lo que pasó y lo que decía. Dice que sintió tanta vergüenza de haberse mofado de una persona mayor, que prometió no beber nunca más. Y así vivió y lo cumplió.
LA ZAPATERÍA
Sigue en su zapatería que al principio iba bien. En la casa había un mobiliario bastante suficiente para los tiempos que corrían. Como anécdota los colchones de las camas eran de lana. En mi casa no se conoció la "farfolla" muy común en otras casas del pueblo.
Por otra parte parece que se especializó en la reparación de las correas que utilizaban los molinos de pan y aceite, así como en los correajes de los animales para arrastrar los carros y los propios de cada uno (la jáquina, el bozal, los aparejos y otros que ahora no recuerdo su nombre). Eso pudo ser el motivo de que en mi casa no faltara en los duros años de la posguerra el pan ni el aceite.
EL PAN Y EL ACEITE.
Recuerdo que me mandaban con una talega de lona al molino de "la Adora" -hoy en ruinas- que después se conoce como el molino de Daniel. Allí yo veía grandes colas, pero yo tenía indicado que entrara a la casa y bajaba hasta el horno donde a veces me cargaban la talega con el pan recién salido del horno.
Otro recuerdo de niño es bajar al molino de aceite en los fríos días de invierno, donde se estaba muy caliente por la caldera de lumbre que ardía para calentar el agua que se mezclaba con la aceituna en los rulos. Allí junto a esa caldera, los obreros después de cortarme un "canto de pan" lo metían en los pozos del aceite y lo sacaban chorreando con unas tenazas. Me sentaban junto a la caldera y me indicaban que abriera las piernas para no mancharme. Los chorros de aceite caliente me bajaban por la barba y me secaban con unas toallas de lona, de la que se empleaba en los "costales" que se hacian para transportar el trigo. Esto era algo que a mi madre no le gustaba, porque lo normal era que también manchara la ropa, y cuando volvía a casa, tenía que cambiarme en seguida antes de irme a la escuela.
MONTILLANA
Esta actividad de arreglo de correas, la ejercía muy a menudo en Montillana. Alli mi padre se desplazaba y a veces se establecía varios días para realizar este trabajo.
Un recuerdo muy especial de estos desplazamientos los tengo para la familia ESPINAR. Liborio Espinar y su esposa "Feliz" como así la conocíamos. Y también recuerdo con gran cariño a sus hijos Feliciana (que se casó con Miguel Bolívar y falleció muy joven dejando dos hijas)  y Liborio -siempre no se porqué le llamábamos "Gregorillo"-. Esta familia además de los arreos normales de los animales tenían un carro, con el que además de las tareas agrícolas hacían viajes a Granada para transportar víveres que distribuía por Las Torres, Colomera y Benalúa hasta Montillana, pasando por otros importantes cortijos de la ruta.
También recuerdo a un señor mayor que vivía en las primeras casas entrando a la derecha, llamado Cándido, al que mi padre también le trabaja. Y a sus hijos Antonio, Eduardo y Luis todos ellos silleros (más conocidos como silleteros). A Eduardo le seguí viendo durante muchos años, ya que estableció su sillería en la calle Cocheras de Santa Paula de Granada y yo le visitaba muy a menudo. Después ya jubilado le vi alguna vez y siempre nos saludábamos muy cariñosamente.
DOS ZAPATEROS ERAN DEMASIADO.
A principios de la década de los 60, al parecer se estableció un nuevo zapatero llegado de Alcalá la Real. Eso hizo que la situación empeorara. Por varios motivos:
1º. Comenzaba a remontar la industria del calzado, lo que hacía que a veces era más rentable comprarse unos zapatos nuevos que remendar los viejos.
2º. La población del pueblo no era tan numerosa para poder convivir dos zapateros.
3º. El nivel económico era bajo y la mayoría de lo que cobraba era en especie: vales para el pan, aceite y otros artículos como patatas, alubias, lentejas etc. Y en efectivo cobraba poco.
4º. Los clientes de más escasa renta económica que no podían pagar con dinero, solían pedir el arreglo "fiado" hasta tener el dinero.
Por tanto, la entrada de dinero en metálico era poca y le resultaba difícil hacer frente a la compra de material.
DESOLLABA ANIMALES PARA APROVECHAR LA PIEL
Era muy corriente y a veces le acompañé cuando moría un mulo o caballo, antes de enterrarlo le avisaban para que le arrancara la piel, de lo cual fui testigo en algunas ocasiones. Y se le daba bastante bien. Esa piel la ponía a secar unos días y después la llevaba a Granada, donde la canjeaba por piel seca, badana, goma y como él decía: la menuarria de puntillas y otros artículos necesarios pare realizar su trabajo.
MATERIAL DE TRABAJO.
Tenía una importante dotación de material así como una colección de "hormas" de madera que utilizaba para arreglo de los zapatos y para hacer nuevos. Y las tenía de muy distintos tamaños, desde el número 20 al 43.
Otros utensilios de los cuales algunos conservo, se denominaban Leznas (huecas y fijas). Las fijas las utilizaba para hacer el agujero por donde después entraba la aguja y las huecas eran por las que introducía en el mismo agujero que había abierto con la fija y por su cavidad entraba la aguja y pasaba bien de un lado a otro. Limas, cuchillas, hilo y la cera y el cerote para hacer más fuerte el hilo. Remendaba y ponía suelas y media suelas, tacones y punteras a veces metálicas que servían para preservar el zapato y que tuviese más duración. También fabricaba zapatos, botas y sandalias. Y alguna que otra cartera para llevar los libros a la escuela.
EL BANQUILLO
Utilizaba una silla baja y un banco de trabajo al que conocíamos como "el banquillo". Sobre él, colocaba algunas herramientas y dejaba espacio para los zapatos que estaba arreglando. Y en los alrededores de la mesa, le había colocado unos junquillos de madera haciendo pequeños recuadros de unas dimensiones de 5x5 aproximadamente, donde colocaba debidamente ordenadas por tamaños las puntillas. Y a su alrededor había colocado unas finas correas de distintos tamaños donde colgaba alicates, sacabocaos, tijeras y otros utensilios. Y en la pared tenía colgadas las hormas a las que antes me he referido, ordenadas por números.
Y una herramienta fundamental para su trabajo: "el burro" y "el martillo" (que todavía conservo). El burro era lo que se conoce como pie de hierro, pero que a diferencia de otros que tienen pie para sujetarse en el suelo, el suyo se sostenía en sus propios piés, y tiene tres bases: una en forma de suela en la que apoyaba la suela del zapato: otra más pequeña también en forma de suela y una tercera pequeña cuadrada que utilizaba para los tacones. Y digo que tiene porque conservo estas dos herramientas.
Y La "arquilla". Una pequeña arca que también la conservo, en la cual tenía cajas de cartón con puntillas de diversos tamaños de donde iba sacando para rellenar los departamentos en forma de recuadro que tenía en el banquillo.
SU RADIO. DISCOS DEDICADOS Y LAS ESCUCHAS NOCTURNAS.
No le faltaba su radio que recuerdo estar funcionando casi todo el día mientras había emisoras emitiendo, pues en aquellos años los horarios normales eran De 12 de la mañana a las 12 de la noche, y en verano cerraban de 3 a 5.
LA GALENA ANTES QUE LA RADIO
Antes de tener la radio, tuvo un pequeño estuche con una maquinaria extraña que servía para sintonizar y escuchar los programas de radio. Muy especialmente en onda corta por donde solía emirtir "la pirenaica".
Algunas noches, especialmente frías de invierno, recuerdo que ya tarde se reunía con la pareja de la guardia civil y se ponían a escuchar la Pirenaica. Y aunque solía ponerlo muy bajo, yo desde mi cama oía unas voces que después de mayor supe que era la voz que desde la clandestinidad emitía el partido comunista de España. Ya se sabe Carrillo y La Pasionaria. Eso era una costumbre muy normal en muchas casas, lo que no era tan normal era que allí con él estuviese la pareja de la Guardia Civil que era la encargada de vigilar que no se escuchasen esas transmisiones. Pero así era.
BENALÚA DE LAS VILLAS-CAMPOTEJAR-MONTILLANA
En el año 1951, cuando yo contaba con 8 años de edad, recuerdo un día verlo en mi puerta cargando en un carro algunos muebles y me subieron en él. El destino era Campotéjar. Al parecer según supe de mayor, en este pueblo no había zapatero y el alcalde de entonces, le buscó una casa en alquiler y alli nos trasladamos.
Mis recuerdos de este pueblo son muy fuertes y entrañables. En especial el maestro Don Jacobo al que en el año 2006 le dimos un homenaje sus antiguos alumnos. Y el párroco Don Ignacio Sánchez Ontiveros, al que me uniría una gran amistad que aún todavía conservo con sus hermanos Don Manuel, Don Luís y Doña Margarita.
Pero de esto me ocuparé otro día.
DEFINITAMENTE A MONTILLANA
Dos años después, vuelta a cargar los bártulos y a vivir a Montillana. Era normal, porque en Campotéjar volvió a instalarse otro zapatero y la mayoría del trabajo de mi padre era de Montillana a donde se desplazaba a pié por el "despeñadero" ida y vuelta a llevar y recoger trabajo. Así que lo más normal era establecerse allí en Montillana donde tenía más trabajo.
Aquí estarían viviendo desde 1951 hasta 1964 aproximadamente. Y digo que estuvieron viviendo porque yo en 1959, me había independizado y vivía y trabajaba en Granada.
Mi trabajo desde los 16 años y el escaso trabajo que tenía en Montillana, motivó que se trasladaran hasta aquí, donde montó su pequeña zapatería en la calle San Juan de los Reyes.
INSEGURIDAD LABORAL
Tampoco aquí en Granada el trabajo de zapatería iba demasiado bien. Así que alternó con un contrato de trabajo que consiguió en una azulejera. Y después debido a que sufría fuertes dolores de espalda, se buscó un trabajo una portería en la calle Palencia. El objetivo principal era reunir cotizaciones para poder cobrar en su día la pensión de jubilación.
JUBILACIÓN
En la portería le llegó la edad de la Jubilación. Y de esta manera ya jubilado, pasó siete años entreteniéndose en criar pájaros y pasear. Además de echar algunas partidas al dominó, juego que de siempre le había gustado y había practicado siempre que podía.
LA ENFERMEDAD
Su enfermedad de espalda se iba acrecentando día a día. El, paseaba porque era una indicación del médico, y hacía grandes caminatas a veces desde la zona de Los Vergeles daba la vuelta por el Camino de Ronda a la Caleta para regresar a la casa por la Gran Vía. Siete u ocho kilómetros que se hacía casi a diario. Y por la tarde cuando el dolor no era muy fuerte se iba a jugar su partida de dominó.
Hasta que en Octubre de1981 un infarto lo tuvo en la UVI del hospital de Sevilla, donde le cogió pasando unos días en casa de su hija Mari.


Cuando pasó la gravedad pedimos el traslado a Granada y estuvo encamado en Traumatología y más tarde en el Clínico, hasta que en Abril de 1982 una emiplegia le afectó el lado derecho dejándolo casi inmóvil. Así permaneció hasta el 24 de julio de 1982 que falleció, unos meses después de haber cumplido los 72 años.
AHORA como decía al principio, hubiese cumplido 100 años.
Y lo mismo que se celebra el centenario de políticos, escritores, artistas y otras personalidades, yo quiero RECORDAR de una manera especial en estas fechas EL ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE MI PADRE. Leonardo Pérez Moreno. Buen padre y buen esposo.

¿Qué puede decir un hijo de su padre?

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