que, circundando á Granada,
se extiende, cual verde manto,
al pie de Sierra Nevada,
los ejércitos cristianos
que el Rey Católico manda,
cuando, al contemplar la Reina
con asombro, que faltaba
en uno de los pendones
el crucifijo de plata,
—Es preciso ir á buscarlo,—-
les dice,-~y todos con ansia
marchan, fieles servidores,
porque su Reina lo manda.
su campamento establecen
para sitiar á la plaza
y ".arrancar uno por uno
los granos á esa granada y,
como dijo el gran Fernando
antes de ir á conquistarla.
Cierto día, al campamento
los cristianos regresaban
de una simple escaramuza
con las huestes musulmanas,
á buscar del Santo Cristo
la imagen tres veces santa.
Todos con febril anhelo
sobre sus pasos se lanzan,
y recorren por doquiera
el lagar de la batalla;
y cuando ya á volver iban,
perdida toda esperanza,
miran con dolor profundo
que el crucifijo se hallaba
en poder de los infieles,
que, gozosos, le insultaban.
lo que han visto le relatan;
y la esposa de Fernando,
triste y pensativa, exclama:
— Hay que vengar esa afrenta;¿cómo?
— Vo sabré vengarla,
dice Pérez del Pulgar,
el de las grandes hazañas.—
Dejad que partan conmigo,
luego que la luna salga,
otros cuatro caballeros,
y tendréis, Reina, mañana
vengado el ultraje que ahora
nos hace esa vil canalla.
Amparados por la noche,
cinco cristianos cabalgan,
muy silenciosos los cinco,
en dirección á Granada,
y Hernán Pérez, uno de ellos,
es el que primero avanza.
hasta las altas murallas,
y entonces, con gran arrojo,
los cinco á la vez las saltan;
sorprenden los centinelas,
traban lucha encarnizada
con ellos, y Hernando Pérez,
solo por toda Granada,
mientras que sus compañeros
con los árabes luchaban,
va á la Mezquita mayor,
y en su puerta, y con su daga,
clava una tabla que lleva
en su cinto preparada
y en la cual AVE-MARÍA
está escrito en letras claras.
Luego vuelve presuroso,
satisfecho de su hazaña,
á donde sus compañeros,
sin retroceder, le aguardan
luchando, y ya vencedores,
otra V3Z los cinco marchan
al cristiano campamento,
tintas en sangre sus armas,
después de dejar cumplida
la prometida venganza
(Tomada
de la Revista JUVENTUD ILUSTRADA de 1906)
Dedicada a Pepe el de la Posada de Benalúa de las Villas
que recuerdo recitarla en la Escuela del pueblo, allá por
los años 1960 ó 1961. Hoy en la Residencia de Mayores
Virgen de los Remedios de Campotéjar.
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