Después vendrían muchos desayunos más durante cuatro años. Los cuatro años en los que nuestro hijo Miguel Ángel estuvo estudiando en la recién inaugurada Facultad de la Actividad Física y el Deporte de Cáceres.
Diecisiete años después he vuelto con mi esposa Eli y los parientes Consuelo y Antonio a Las Pajanosas donde hemos pasado cuarenta y ocho horas en una finca maravillosa de José Antonio y Gracia.Pero no son estos cuatro años el motivo de esta "crónica".
Y eso ha sido el motivo de recordar aquellos desayunos en Las Pajanosas.
Esta breve estancia coincidió con el domingo día 9 de octubre, día en que como es nuestra obligación y nuestra costumbre, debíamos asisgir a Misa. Y como quiera que en Las Pajanosas era demasiado tarde para nuestro programa, decidimos ir al cercano pueblo de Guillena para asistir a la Misa de doce.
En una próxima entrada: "La Iglesia de Guillena"
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