MIGUEL RÍOS

Miguel Ríos, fué objeto de recriminación hace unos días por parte del Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada por participar en una manifestación en defensa de la Biblioteca del Zaidín.
Miguel Ríos, todos sabemos que iba en cabeza, y que su presencia no hacía el mismo efecto que la de otro cualquier manifestante.

Leo en la edición digital del diario GranadaHoy, una carta que publica Miguel Ríos, bajo el título “En defensa propia”.

Afortunadas o desafortunadas las declaraciones del Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada contra Miguel Ríos. No voy a entrar en ello, porque ni me encuentro capacitado para juzgarlas, ni siquiera comentarlas.
A Miguel Ríos, al que conocí personalmente cuando vivía en el barrio de San Lázaro, que coincidé en viaje en el exprés de Madrid-Granada y desayuné en Loja una mañana cuando rodaba en la Costa del Sol una película con Pili y Mili a principios de la década de los 60, (creo que se titulaba "Como dos gotas de agua").
De Miguel Ríos, al que he seguido durante toda su carrera artística y admiro, lo único que me extraña es que siendo un granadino tan querido para todos los granadinos, haga campaña política para un determinado partido, en plena campaña. Él sabe muy bien, que no es igual su opinión que la mía o la de cualquier otro granadino sin fama. Y que todos los títulos y premios que él menciona en su carta, se le han concedido por parte, en nombre y con dinero de todos los granadinos y andaluces. De cualquier signo político. Quizás eso es lo que se le pueda recriminar.
Por lo demás desearle que disfrute su "jubileo" en Granada hasta que “palme” (como él dice en su carta), y que sea durante muchos años con Granada y con los granadinos a los que admira y con los que a él lo admiran.