miércoles, 16 de octubre de 2019

PILAR DE LA CALLE DE ELVIRA


El Cabildo había decidido que el pilar de la Puerta de Elvira se colocara en la esquina de la calle nueva que se estaba abriendo hasta San Jerónimo y como aún quedaban obras pendientes en el Rastro a pesar de que se había terminado en 1612,según de leía en la inscripción colocada encima de la portada, el Cabildo ordenó en agosto de 1614 que, Pedro López y los comisarios de la obra del Rastro cumplieran con lo que se había decidido y pusieran el pilar en la puerta de Elvira, encañando el agua del manantial de la Fuente Nueva para su abastecimiento y los gastos que se originara se cargarían en la cuenta de las obras del rastro.
Como la cota del manantial estaba mucho más que la que ocuparía el pilar, se optó por situarlo en la Puerta siguiente de de la Feria, en cota más baja que la anterior y aún así, no fue suficiente por lo que hubo de tomar el agua de la acequia que se está abriendo para el barrio de San Lázaro, que provenía de la de San Juan de los Reyes.
El espacio que, por fin, se intentaba urbanizar con el adecentamiento de los muladares y el desplazamiento del matadero, era una zona poco cuidada y la feria de ganado que se celebraba todas las semanas, reforzaba el mal trato que se le daba al pilar, ya que dos años después, se encontraba roto y seco, porque le habían usurpado el agua y el Cabildo tuvo que entablar un pleito para poderle restituir el suministro.
El pilar era de piedra, “muy curiosa” según dice Jorquera, con dos caños de agua y sobre el frontal de la pila se alzaba un león que sustentaba un escudo con letras doradas con la siguiente inscripción:   “Granada mandó hacer esta obra, siendo corregidor don García Bravo de Acuña, caballero del ábito de Santiago”, Comendador de la Oliua del Consejo de su majestad, Año 1616”.
Fue reconstruido en 1671, con las dimensiones que han llegado a nosotros. Es de piedra parda y muy alargado, como si se hubiera tenido la intención de que sirviera de abrevadero, y de hecho sirvió para esto y otros menesteres; la pila acomodada a una esquina del muro de la calle, la cierra un pretil muy ajo y en los pequeños frontis laterales, aparecen dos rosetones de los que surgen los caños de agua, uno la servía de la acequia de Aynadamar y el otro del  Darro, con una extensa leyenda en lápida de mármol blanco, apenas legible y ya restaurada en el 2009, que dice: “Granada mandó edificar este pilar siendo corregidor el Sr. D. Diego de Salvatierra y de Burgos, caballero del orden del Señor Santiago, señor de la villa de Salvatierra y de Fraci, regidor perpetuo de la ciudad de Salamanca, Administrador superintendente general de todas las reales rentas de sus majestades, la ciudad y su reinado. Año de 1671”  Sobre esta se abrió después una hornacina, probablemente en 1709, con motivo de unas reformas que le hicieron, que fue adornada con un cuadro de la Virgen de las Angustias. La desaparición de este, junto a los actos vandálicos y mala conservación del pilar, llevaron al Ayuntamiento a ocuparse de su restauración (2008-2009), eliminando los grafitos que lo afeaban u restituyendo el cuadro de la Virgen por una litografía distinta de la que hubo antes.

Su abastecimiento siempre fue problemático debido, principalmente, a la irregularidad del abastecimiento de la acequia de San Juan, de donde se surtía el pilar, a través de una larga cañería denominada ramal del pilar de la Puerta de Elvira, que tenía su tomadero a la entrada de la calle del correo Viejo y en su recorrido por la calle de Elvira tomaban de él trece casas que reducían en un real fontanero, los dos y medio que debían partir de su origen, gracias a que nueve de ellas eran de retorno del agua, la mitad de la que llegaba el tomadero del pilar, iba destinada a surtir doce casas de la Tinajilla, por lo que el pilar se abastecía con menos de un litro de agua por segundo.

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