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| Lindo árbol en la puerta de la vivienda de Emilia |
Un grupo de amigos y a su vez socios de la Cooperativa "Residencia de Mayores Salobreña Tropical", nos hemos reunido para pasar una jornada y compartir una deliciosa comida invitados por Emilia Atero, su esposo y su hija.
Magníficos anfitriones y magnífico el lugar hogareño y acogedor donde pasamos la jornada del lunes 12 de noviembre.
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Chimenea que nos recibió y nos calentó
el ambiente durante toda la jornada |
Un magnífico y típico salón con chimenea nos esperaba con una elegante mesa, muy al estilo de un gran restaurante, pero donde estábamos no solo como comensales sino como "amigos".
Para recordar bien los nombres de todos los que estuvimos, y empezando de izquierda a derecha desde mi posición en la mesa: (A veces pondré apellido o sobrenombre por estar duplicados los nombres):
Manolo (esposo de Emilia), Rafael (Falines), Juan Carlos, José Antonio, Rafael (Apestegui), Manolo (Sánchez), Noelia (hija de Emilia), Emilia, la pareja formada por y Juan Antonio, Nicolás y (aquí me van a disculpar pero debo utilizar el DON) Don Francisco. Bueno falto yo, (Enrique), que como suele ser normal nunca estoy en la foto.
Antes de llegar era obligado fotografiar el árbol que hay a la entrada. Y como verán que merece la pena.
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 Uno de los rincones con objetos típicos
como cántaras y la piedra de lavar |
Ya dentro la chimenea que estuvo todo el día encendida dando un ambiente acogedor a pesar del día frío y ventoso que hacía este 12 de noviembre.
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| Manolo y Rafa |
Y era imprescindible tomar fotos de otros rincones decorados con buen gusto y sencillez con objetos antiguos originales que están repartidos por toda la casa. (Cántaras y cántaros, tablas de lavar, damajuanas, planchas y otros objetos que nos llevan a recordar nuestra niñez.
La sobremesa cada cual la disfrutó a su estilo. La mayoría en la chimenea, los anfitriones como suele pasar trabajando quitando la mesa y preparando el café de media tarde con la ayuda de Manolo y Rafa Apestegui que hicieron de buenos "camareros".
José Antonio, Apestegui, ... y yo decidimos dar un paseo por las amplias calles de Campotéjar. Recorrimos la fuente y desde allí calle arriba pasando por la Plaza donde está situado el Ayuntamiento llegamos hasta el atrio de la Iglesia Parroquial, donde, hasta lo que yo sabía, les fui explicando algunos detalles que recuerdo de niño porque pasé unos años viviendo allí con mis padres cuando tenía entre ocho y diez años.
Y como no, la maquinaria del reloj de la torre al que le di cuerda con las manivelas en bastantes ocasiones. También recordé las "comedias" que celebramos para recaudar fondos para comprar unas campanas de las que estaba falta la iglesia. Esas comedias estuvieron dirigidas por Don Jacobo Morales Martín (magnífico y recordado maestro en la década de los cincuenta, hoy fallecido).
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| Restos de la maquinaria del reloj |
Unos recuerdos entrañables del pueblo y de sus gentes. Hice buenos amigos y de una manera especial dos que eran primos:
Antonio Hernández-Carrillo (hoy Sacerdote) y Emilio Martínez Lozano que falleció a una edad joven según pude saber.
Y con el regalo de unos libros por parte de Apestegui, unos frutos tropicales de Juan Antonio, las aceitunas envasadas por Emilia y unos exquisitos roscos de elaboración propia y tras los saludos de despedida de rigor pero con el máximo cariño, emprendimos regreso ya de noche.
Magnífica e inolvidable jornada. Gracias Emilia, a su esposo y a su hija.
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Noelia y Emilia (hija y madre) con un exquisito plato
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