Había antiguamente unos letreros en los tranvías que decía: "ASIENTOS RESERVADOS PARA ANCIANOS E IMPEDIDOS". En los autobuses no hay letreros pero se sigue esta norma, aunque parecía que estaba en desuso.
Hace pocos días tomé un autobús urbano y me llevé una agradable y a la vez, no tan agradable sorpresa.Interior de un tranvía con asientos de madera |
Un joven estudiante me cedió el asiento y aunque le insistí en que siguiera ya que entendía que él había estado todo el día de clase en clase y yo no había hecho nada (jubilado ¿qué voy a hacer?), pues en esta situación me sabía mal ir yo sentado y este joven que había estado posiblemente todo el día trabajando que viajara de pié. Pero ante su insistencia acepté el asiento.
Digo "agradable". Porque en los tiempos que corren y con lo mal que miramos a la juventud es una buena noticia. Y no es así como debemos mirar a los jóvenes. Hay mucho de bueno en los jóvenes.Y a las pruebas me remito.
Y digo "desagradable". Porque eso significa que me ven "viejo". Parece que era ayer cuando yo cedía el asiento a los mayores y hoy me lo ceden a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario