Tal como prometí en mi anterior comentario sobre "Bubión", voy a hacer un breve comentario de las fiestas patronales, especialmente las de 1979 y 1980.
Ya había vivido el año la fiesta del año anterior. Primero porque estaba allí veraneando y segundo, porque el patrón es igual que el de mi pueblo: SAN SEBASTIÁN.
No estaba yo muy implicado, ya que la gente de Bubión sabe muy bien hacer las cosas y no necesitan de nadie que lleguemos desde otros puntos.
Pero de las conversaciones que teníamos bajo los cerezos del Teide en las vísperas de la fiesta jugando al bingo para sacar unas "pesetillas" que ayudaran a sufragar gastos; pues de esas conversaciones surgió la idea de rescatar la "fiesta de moros y cristianos". No se donde se metieron para preparar las vestimentas de moros y cristianos. A mí me encargaron pasar a limpio los textos, para lo que utilicé una vieja máquina de escribir portátil.
El director creo que fue un maestro, orihundo de Búbión y que me parece que estuvo o esaba destinado en Motril, pero en verano venía a su pueblo a vivir las fiestas. Y otro protagonista fue Pepe, hijo de Concha y sobrino de Julio Pérez (el del Teide).
Así que llegada la fiesta se montó un escenario en la plaza junto a la iglesia parroquial. Y a la hora anunciada allí entraron moros y cristianos,recitando de memoria el amplio texto que yo había pasado a limpio y del que se habían hecho varias fotocopias.
Fue todo un éxito y desconozco si todavía se sigue representando.
Como anécdota personal, recuerdo el segundo año (1979), que con mi mujer y mis tres hijos, el más pequeño con 16 meses en un carrito. Tomamos asiento en unas sillas y sobre la mesa estaban los refrescos que nos acababan de servir.
En un momento pusieron una traca de fuegos artificiales. La traca rodeaba toda la plaza y por consiguiente también detrás de mi mesa que yo no había visto.
En nuestro afán por huir de los petardos, yo cogí a Migue y mi mujer a Enrique el mayor. Pero nos olvidamos del carrito donde estaba Nacho (el pequeño). La gente gritaba: ¡el niño, el niño! Y nosotros corriendo huyendo de los petardos hasta que un matrimonio mayor cogió al pequeño y nos lo dió. Hoy nos reímos de la anécdota pero en aquel momento, jóvenes y con nuestros tres hijos pequeños a los que dedicábamos todo nuestro tiempo y procurando que no les pasara nada, en aquel momento digo, lo pasamos francamente mal.
Todo quedó en eso. En una anédcota.
En una próxima nota, voy a publicar el texto íntegro de la representación del acto de "Moros y Cristianos" original de Bubión que se rescató a principios de los 80, y que como he dicho antes el texto lo pasé a limpio en una máquina de escribir portátil y se hicieron despés varias fotocopias.
Ahora me explico algunas cosas de Nacho, je, je... (es broma).
ResponderEliminarVaya vaya...
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